Inmediatamente después de la guerra, ese Berlín lleno
de ruinas retoma su vida cultural. La voluntad de crear una sociedad democrática
en la que la cultura debería tener un papel preponderante desembocó
en un ambiente de resurgimiento, fomentado por los aliados, que perduró
hasta 1947, año en que se produjo la fractura entre Este y Oeste.
La mayor parte de los edificios históricos quedaban en el Este de
la ciudad. En la zona occidental, el Plan Marshall y las instituciones
federales de asistencia se encargaron de favorecer el despegue cultural.
Una gran cantidad de fondos provenientes de Estados Unidos se dedicó
a proyectos como el edificio Henry Ford y la biblioteca de la recién
fundada Freie Universität, la Amerika-Gedenkbibliothek o el recinto
de congresos del Tiergarten. En 1952 volvió a abrir sus puertas
el Schillertheater. El Theater des Westens (Teatro de Occidente)
sirvió de sede a la Städtische Oper hasta 1961, fecha en que
ésta pudo instalarse en un nuevo edificio situado en la Bismarckstraße,
obra de Fritz Bornemann. En los primeros años 60, Bornemann
logró crear otro edificio funcional de gran elegancia, la Freie
Volksbühne (Teatro Popular Libre). Para la celebración de eventos
musicales se inauguró en 1954 la sala de conciertos de la Hochschule
für Musik (Escuela Superior de Música), proyectada por Paul
Baumgarten. Se pretendía que los edificios culturales más
importantes de Berlín conformasen una "vía inmaterial" que
se extendiera a orillas del río Spree hacia el Oeste partiendo de
la Museumsinsel (Isla de los Museos). Sobre la base de este concepto, surgido
entre 1957 y 1958 del concurso urba- nístico "Hauptstadt Berlin"
(Berlín capital), se decidió edificar la nueva Philharmonie
- diseñada por Hans Scharoun - en el barrio Tiergarten. La construcción
del Muro acabó con la idea de la "vía cultural". La Philharmonie,
cuyas obras concluyeron en 1963, se vio desplazada a una ubicación
marginal. Gracias a la fundación Preußischer Kulturbesitz
(Patrimonio Cultural Prusiano), esta área se constituyó en
el llamado "Kulturforum" (Foro Cultural). En 1963, Hans Scharoun ganó
el concurso para proyectar la nueva Staatsbibliothek (Biblioteca Nacional).
Él mismo suministró también un concepto general para
el Kulturforum que tomaba como modelo - con edificios asimétricos
y formas oscilantes - el propio paisaje de la ciudad, y formuló
así una respuesta democrática a la planificación urbanística
del Nacionalsocialismo, que había previsto para ese lugar foros
monumentales y ejes de concentración. En 1965 se tomó la
determinación de ampliar el Kulturforum con edificios destinados
a museos. Scharoun, autor del Musikinstrumentenmuseum (Museo de Instrumentos
Musicales), marcó con sus edificaciones la fisonomía del
Kulturforum. Tanto los edificios como el concepto global responden a la
idea socialdemócrata de permitir la implicación de amplias
capas de población en la alta cultura. Esta reivindicación
está presente en la mayor parte de los edificios culturales de la
posguerra, testigos de la construcción de una nueva democracia.
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